jueves, 19 de junio de 2014

SUEÑOS SEPULTADOS

Ya no temo al silencio.
Tengo miedo del grito descarnado
que socava conciencias.

Temo no haber cumplido mi palabra,
la que comprometí
cuando la mente trabajaba inquieta
y el entusiasmo lo impregnaba todo.

No volverá esa fuerza.

Ahora esgrimo discursos y poemas
con la misma indecencia,
dejando enmudecer las cicatrices,
convirtiendo los sueños en leyendas,
con la certeza de saberme lejos
porque aún sigo aquí
pero soy otra.

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